El interés de los consumidores por productos que van más allá del aspecto nutricional continúa creciendo, y el foco ya no está puesto solo en el bienestar físico sino también mental. Explora cómo las empresas de alimentos y bebidas pueden aprovechar esta oportunidad.
El cambio de vida que generó el COVID motivó a los consumidores a incorporar nuevos hábitos de autocuidado y a tomar decisiones de compra más conscientes. En este plan, los alimentos funcionales y nutracéuticos se volvieron grandes aliados no solo para prevenir enfermedades sino también para potenciar el bienestar.
Y, si en los primeros dos años de la pandemia, el foco estuvo puesto en obtener beneficios para reforzar la inmunidad, ahora, los consumidores están adoptando una mirada más holística de su salud en la que el bienestar mental adquiere un nuevo protagonismo.
Producto de los cambios acelerados que vivimos en los últimos años y de las amenazas que surgieron, aparecieron nuevos factores de estrés. El exceso de información, las nuevas formas de trabajar y estudiar, la crisis económica, el contexto sanitario, entre tantos otros, encendieron nuestras alarmas internas y lidiar con la ansiedad, el mal dormir y el cansancio se volvieron moneda de todos los días.
En este contexto, el cerebro se convirtió en un panel de control con cientos de ventanas abiertas en simultáneo y luces rojas encendidas. Y si bien este órgano representa solo el 2% del peso corporal, consume el 20% de la energía.
4 necesidades que persiguen los consumidores,
según el ritmo circadiano

La búsqueda de “mente sana en cuerpo sano” se pone en juego en diferentes momentos del día. “Los consumidores quieren mejorar la calidad de su descanso, levantarse frescos, reforzar su energía para llevar adelante las tareas cotidianas y, al finalizar la jornada, despejar la mente y relajarse y, desde la nutrición, podemos dar respuesta a estas demandas”, explica Ramiyro Vigil, Marketing Manager LATAM – Naturex, Taste & Wellbeing en Givaudan.
Beneficios cognitivos, una categoría en crecimiento
En 2021, la consultora Mintel reportó los primeros lanzamientos de productos con el claim “cognitivo” o “nootrópicos”. ¿Cuáles son los formatos que encontramos actualmente en el mercado? Vitaminas y suplementos, leche y alimento para bebés, pero las posibilidades son muchas más. “Aún quedan categorías por explorar, como bebidas, lácteos y snacks, para ofrecer productos que acompañen a los consumidores a encontrar el equilibrio, la calma y la energía que están buscando, y a mantenerse enfocados y ejercitar su memoria”, sostiene Vigil.
En Latinoamérica, potenciar la energía y mejorar la salud mental integran el top 10 de los productos con beneficios funcionales que se lanzaron en los últimos años, con México y Brasil a la cabeza. Y es un mercado que, según las proyecciones, continuará creciendo. Los fabricantes de alimentos y bebidas que se enfoquen en estos beneficios funcionales tendrán un futuro prometedor ya sea a través de soluciones más naturales, en base a botánicos o superalimentos, o mediante suplementos. A medida que más consumidores muestran interés por mejorar la salud de manera holística, más oportunidades habrá en un mercado en el que hay todo por hacer.