La creciente demanda por lo natural pone en jaque los recursos del planeta. Como industria, ¿cómo podemos satisfacer los deseos de los consumidores sin comprometer aún más las fuentes naturales?
La sustentabilidad atraviesa todas las industrias, y la de alimentos y bebidas no es la excepción. En un mundo que para el 2050 estima tener dos mil millones más de habitantes, se vuelve fundamental empezar debatir cuáles son los problemas que enfrenta el sector. Uno de los principales desafíos que enfrenta hoy a la industria es el auge por lo natural.
La búsqueda de bienestar y de productos saludables es una tendencia instalada en todo el mundo. Según Datamonitor [1], el 47% de los consumidores a nivel mundial se inclina por comprar alimentos y bebidas que contengan ingredientes naturales.
Lo natural no solo se ha convertido en uno de los impulsores de compra más importante, sino que también es uno de los factores clave que los consumidores identifican para considerar un producto como confiable. Así, los consumidores actuales desean ingredientes naturales, que puedan reconocer como tales a través de una comunicación transparente y que tengan gran sabor.
Sin embargo, esta demanda creciente por productos naturales trae como consecuencia una mayor presión sobre los recursos naturales del planeta. Por ejemplo, el yogur con sabor a frutilla es uno de los preferidos por los niños. Si quisiéramos elaborar todos los yogures con sabor natural de frutilla, estas no alcanzarían; sería necesario cultivar unos cuantos miles de estadios de fútbol, comprometiendo recursos como suelos, oxígeno y agua. Lo mismo ocurre con los arándanos o las paltas, dos productos cada vez más demandados por sus propiedades beneficiosas.
¿Cómo encontrar, entonces, el equilibro para alcanzar las expectativas de los consumidores sin exigirle más a nuestros planeta? ¿De qué manera podemos, como industria, lograr hacer un consumo y una producción responsable?
Lo primero es comprender qué espera el consumidor cuando demanda algo “natural”[. Para ellos, lo natural está asociado a lo saludable, fresco, sabroso, sustentable y confiable. Cuanto menos procesado o complejo un producto, más natural. Para satisfacer sus expectativas, basta que sea “derivado” de una fuente natural.
Lo segundo es actuar, encontrando soluciones al desafío que se plantea, a través de:
- Impulsar medidas contra el cambio climático, como el uso de energías renovables, la reducción de emisión de gases de efecto invernadero, reducción del consumo de agua.
- Proteger el medioambiente, haciendo un abastecimiento responsable de materias primas, y mejorar la calidad de vida de las comunidades involucradas en la producción de esos recursos.
- Innovar para encontrar fuentes alternativas de materias primas naturales y nuevas soluciones (como proteínas de origen vegetal) que permitan reemplazar ingredientes sin perder sabor.
Mediante estas líneas de acción es posible
satisfacer las necesidades y los deseos de los consumidores y, al mismo tiempo,
asegurar
la sostenibilidad a largo plazo de los recursos
naturales.
[1] Datamonitor report on ingredients across FMCG, 2016.
[2] Givaudan’s EAME research on decoding naturals.