Los alimentos y bebidas a base de plantas ganan adeptos entre diferentes tipos de consumidores. Una tendencia que se aceleró por la pandemia y que comienza a instalarse como un hábito en la nueva normalidad. Descubre cómo se presenta el panorama en Latinoamérica y prepárate para desarrollar propuestas novedosas.
Mientras el mundo se encamina hacia una nueva normalidad, los cambios en la industria de alimentos y bebidas se aceleran más que nunca y las marcas deben responder de manera ágil, desarrollando nuevos productos que satisfagan los intereses de los consumidores.
Si antes del brote de COVID-19 la búsqueda de salud y bienestar ya era una motivación para llevar una alimentación más consciente, la pandemia terminó de profundizar esta tendencia. Hoy, los consumidores incorporan en su dieta ingredientes funcionales que benefician su sistema inmune y los ayudan a relajarse, prestan mayor atención a las etiquetas de los productos que adquieren y siguen explorando alternativas para mejorar su alimentación. ¿Qué permanece intacto? El interés por productos que sean tan sabrosos como nutritivos.
El 18% de los latinoamericanos está de acuerdo en que los productos elaborados con vegetales tienen mejor sabor que los de origen animal.
En ese sentido, una de las tendencias que se consolida son las proteínas alternativas de origen vegetal. Ahora el consumidor no solo las elige por razones de salud y compromiso ambiental y ético, sino también porque son una opción segura en un escenario donde la higiene y la sanidad se volvieron fundamentales.
Así, los alimentos y bebidas a base de plantas se están volviendo cada vez más relevantes para la industria. Ya no son una opción solo para vegetarianos o veganos, sino que también atraen a diferentes consumidores que buscan productos saludables, sustentables y que los ayuden a alcanzar sus propias metas de bienestar. Sobre todo, a los flexitarianos de las generaciones Y y Z.
